ESTRELLA ENANA. 37. LGE. 423

1.-

Todos terminaron cayendo rendidos en la hierba, agotados de tanto “volar”, saltar y correr, como niños, toda la llanura; hasta que saltó la inesperada ocurrencia de alguno, que gritó alborozado:

“¡Yo quiero convertirme en una nube más, volar como una nube; vivir   miles de años; oír, pensar, hablar, orar, ver y ser como una nube.”

Se me congeló la sangre en las venas, en el  mismo corazón, en las arterias y en el cerebro.

Priscila y Alex clavaron su mirada en la mía, y sin pronunciar una palabra, comenzaron a llorar de nuevo; los niños, viendo llorar a sus padres y a mi, también lloraban, sin saber por qué.

Los cincuenta jóvenes y, así, las cincuenta señoritas, no percibieron muestro llanto, porque todos ellos estaban lejos de nosotros y tan embebidos en sus juegos, ajenos a la tragedia, que a nosotros tanto nos preocupaba.

Es posible que, mi decisión de viajar al pequeño Planeta, y paraíso, de la Estrella Enana, pudiera terminar siendo. un error más, de un terrícola; y ese terrícola era yo.

Aparte de la familia de Priscila, Alex e hijos, sólo yo era conocedor de la posibilidad de convertirse en nube, por una secreta confidencia, que Alex y Priscila me habían hecho, apenas llegar y vernos, como ya dije.

Si los chicos se enteraban de aquella aparente broma, tal como ellos lo habían entendido, era una auténtica realidad posible, todo el proyecto interplanetario y intergaláctico de muestra común, líder organización, la “COPLASI”, se iría al traste; y nosotros también.

…….

2.-

UN ALTO EN EL CAMINO: “¿Cómo ando de Fe?”

Nuestro amigo Filos reflexiona y piensa, en voz alta, ante el hecho y la necesidad de encontrar respuesta a sus alegres anhelos e inquietudes humanas:

Todo cuanto se pueda decir sobre la lejanía o cercanía del

Gran Desconocido; la palabra “Dios” , aunque se escriba

con mayúscula, no expresa lo que un verdadero creyente,

ve desde su mente obscurecida por la duda que implica la

Fe; o sea, el convencimiento interior de que lo que él cree

está en proporción inversa de toda evidencia, sea formal o

aparente.

La Fe está en proporción directa con la duda, siendo esta la

mayor prueba del sufrimiento y penosa ausencia del Ser

Amado.

La Fe no es sensiblería fácil ni se complace en la cómoda

complacencia del todo vale.

El creyente es sabedor de su debilidad a la hora de dar sus

pasos de ciego por la senda de lo desconocido, en que lo

único seguro es la firme y libre voluntad con la que arriesga

y entrega todo su ser por amor.

Con el tiempo esta entrega generosa tiene una inmensa y

sorpresiva compensación,  al ver la presencia del Amado

en cada cosa que toca, en cada planta, flor y animal, en los

ojos de cada persona que se encuentra; las huellas de su

Amado se agigantan y colman todos sus sentidos, invaden

su mente y sacian sus pensamientos.

La usencia del Amado, al queque tanto había echado

de menos, se convierte en presencia constante y felicidad amorosa e infinita.

De ahí nace la actitud de compartir todo lo que se es, y se

posee, con los demás, hasta pensar que, si no comparte,

no puede, ni sabe, vivir.

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