Viendo
roncar a su marido, se levantó y marchó hasta la cima del montecillo para
intentar una pregunta femenina y maternal:
“¡Querida
nube! si yo me convierto en nube como tu, ¿qué va a ser de este bebé que llevo
en mis seno?” – preguntó Priscila; y la nube le respondió:
“Pues
está bien claro, criatura: tu bebé nacerá nube y correrá la misma suerte que tu
y que yo”.
“Muchas gracias, bondadosa y angelical nube.”
– dijo Priscila, que se apresuró en ir en busca de su compañero Alex; cuando
estuvo a su lado, le dio pena despertarle y mientras ella intentaba conciliar
el sueño, vivió una tremebunda
pesadilla:
“Siendo
muy pequeña, su mamá le había contado la historia de una mujer que vivía con su
esposo en un Jardín de un Edén; eran felices y nada les faltaba, pero hete aquí
que una serpiente le preguntó:
¿Por
qué no coméis el fruto de ese árbol?
Porque
nuestro Creador nos lo tiene prohibido.
La
serpiente rió a carcajadas:
¡Qué
tontos sois!
Vuestro
Creador sabe que si coméis de ese fruto, ¡seréis también dioses como Él!
Aquella
mujer comió ella y luego dio los frutos a su marido, que también comió.
Con
este ansia de “ser como Dios” rompieron el don más hermoso de su vida; el don
de la Libertad puesta al servicio de la soberbia y la ambición.
Como
consecuencia fueron inmediatamente expulsado de aquel lugar paradisíaco.”
Priscila
se despertó llorando,; Alex la oyó y quiso consolarla, pero ella seguía
derramando lágrimas desconsolada y triste.
Ambos
subieron a la montaña; Alex preguntó a la nube:
…….
Sonidos del Universo, grabadas por la NASA, en el Espacio
https://www.youtube.com/watch?v=khNf1RLzcSA
……..
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