viernes, 29 de julio de 2016

Pirámides en la Tierra, 11. LGE. 444


Pirámides son los días,
con su base en la mañana,
sus aristas y su vértice,
sus alegres melodías,
sus heridas, sangre grana,
y nuestro sueño bendice.

No hay dos días iguales,
aunque sean semejantes,
por sus cuitas y sus celos,
por tantas gentes amables,
tan aparentes amantes
y tantos embustes sueltos.

Amigos y compañeros
de trabajo y picardías,
que la vida nos alegran,
que nos erizan los pelos,
nos rompen las celosías
y sin la novia nos dejan.

Siempre hay un come cocos,
que nos vende hasta la madre,
y, sólo por quedar bien;
hablan hasta por los codos,
nos engañan como nadie
y, quizás, roban también.

Bendito sean los buenos,
que siempre están contentos,
los que en la encrucijada
eligen sin argumentos,
llueva, granice y con viento,
lo mejor de la jornada.
…….

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