viernes, 8 de julio de 2016

Pirámides en la Tierra, 1. LGE. 434


La historia del hombre sobre la Tierra está marcada por una serie de montes, cerros y las famosas pirámides, tomadas como referencias espirituales en relación con la búsqueda de un Creador, divinidad protectora de sus vidas y cosechas, lluvias y defensor contra los diversos fenómenos naturales, tales como los ocultos, terribles y abrasadores volcanes, inundaciones tormentas, huracanes y terremotos.

Desde que el hombre tuvo presencia en la Tierra, buscó las alturas del terreno, cercanas a un manantial; estos dos elementos le garantizaban el agua, los animales para cazar, terrenos fértiles y la mayor facilidad de defensa.

Pero, una vez satisfechas esas necesidades vitales, tenían tres conceptos diferentes de concebir el alto valor de una cima, monte o pirámide:

1.- En Babilonia se construye una torre para salvarse ante  una inundación diluviana, como ya había sucedido, como castigo de los horrendos pecados de los hombres, los cuales se plantean reírse de Dios, cuando Este compruebe su inutilidad, viendo tal torre que amenaza llegar hasta el cielo.

La figura piramidal está presente el la vida de cada ser humano, significado y realizado desde el nacer, crecer y al llegar a nuestro desarrollo físico, biológico, intelectual,
mental y espiritual, en el que cuentan, sobre todo, las propias capacidades, la colaboración de otras personas, el carisma que el Creador ha dado a cada uno, el esfuerzo y voluntad que, libremente, cada uno pone en el propio camino

2.- En el México de los ancestros, aztecas y mexicas se busca la cercanía del Sol dios, que les envuelve en sus nubes y su luz, con el fin de adoración, alabanza y protección contra las plagas que azotan sus cultivos de maíz, frutas y generosos ficus y sabrosas tunas al tiempo que su estabilidad física es un antídoto ante los temblores del suelo, por los terremotos y las bocanadas de lava y polvo de los inquietos volcanes, mientras los vivos honran y procuran las más ricas comidas y culto a sus muertos 

3.- En la Isla de Rapa Nuí primigenio, no se necesita la construcción de una pirámide; la Isla en sí misma es una pirámide de más de quinientos metros de altura con la fosa inmensa de su lago volcánico, que viene a ser como una Pirámide invertida; por lo que sabemos e intuimos, los dioses son los ancianos muertos insignes, a los que se honra con amor y representándolos en los famosos Moáis (estatuas, reproducciones pétreas), a los que se rinde el culto debido, para que estén más contentos y vuelvan a ver más contentos a sus  familiares, quizás acompañados de dioses de rango superior y trascendente; rondan las 900 figuras, repartidos por toda la superficie, de 163,6 kilómetros cuadrados, de la Isla.
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