lunes, 4 de julio de 2016

ESTRELLA ENANA. 44. LGE. 430


Personalmente, he sufrido mucho, considerando su situación, aunque hice lo posible por evitarlo; no oculto mis deseos de perdonar, olvidar todo, y ser generoso con ella, devolviéndole su puesto de Abadesa y Comandante, rango que ella ya poseía antes, cuando pueda hacerlo.

Ahora, queridos lectores terrícolas, debo volver a continuar y dar fin a mis estudios universitarios, dadas las nuevas circunstancias, surgidas en este pequeño Planeta, donde deseaba pasar muchos lapsos de relajación en compañía de mis compañeras y mis compañeros de carrera.

Los motivos de esta repentina vuelta, los que han motivado el abandono de Alex. Priscila y sus diez hijos, ya los conocéis:

Ellos están viviendo una realidad muy especial que, nos apetecería compartir; pero echaríamos por tierra todo el programa de futuro de la COPLASI.

Alex y su familia, son ya parte de una humanidad diferente, a la podríamos pertenecer, traicionando a los que nos han recibido, a los nos están formando para una misión especial en beneficio de cincuenta planetas, entre los que se encuentra la Tierra.

Cuando uno de nuestros compañeros hizo aquella manifestación de “yo quiero volar como una nube”, no sólo la oyeron sus compañeros de excursión, sino miles de nubes inteligentes que rodean sin cesar aquella atmósfera terrestre del pequeño Planeta en torno a la Estrella Enana.

Nadie puede convertirse en una nube inteligente, sin ser previamente invitado por los nativos; lo cual hubiera sido un trastorno planetario de consecuencias catastróficas e imprevisibles.

Tras una noche de conversación con Pricila y Alex, comprendí todo el alcance sociológico que hubiera provocado nuestra larga presencia continuada entre ellos, sus hijos y los más tres millones de habitantes, que integra la población “núbica” del Planeta, en que ellos estaban de visita.

Ellos no disponen, como los terrícolas, de armas, palos, cantos tallados, hachas, espadas, pólvora, pistolas, rifles, ametralladoras, bombas no ni misiles; pero sí disponen de todo el oxigeno, hidrógeno, gases tóxicos y nobles, con los que disfrutan y manejan con la fuerza de su inteligencia plenipotenciaria contra cualquier intruso que les invada y moleste.

Al oír el grito de nuestro compañero, Priscila actuó, de inmediato, como embajadora nuestra, comunicando que se trataba de una visita de muy corta duración.

Era urgente una solución; deberíamos dejar el Pequeño Planeta con la máxima urgencia posible.

Convoqué a mis compañeros; les comuniqué que había surgido un  imprevisto problema, por lo que debíamos volver sin dilación al centro aniversario de Alpha Centauri; abrazamos a Priscila, Alex y a sus diez hijos e hijas, subimos a la nave, con lágrimas en los ojos, y todos los chicos y chicas, acompañados de Thrisa, emprendimos viaje de vuelta para finalizar nuestros estudios universitarios en las siete materias, hasta obtener los correspondientes especialidades y Títulos, que exige la COPLASI, antes de regresar a nuestros correspondientes Planetas de procedencia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario