“¿Por
que no comes tu, extraño visitante?”
“No
me alimento engullendo biológicamente los alimentos; creí haberlo dicho.”
“Perdona,
niño prodigio; debes pertenecer a una clase de seres superiores a nosotros, lo
cual ya empieza a inquietarnos; todos vamos a terminar adorándote, como a un
dios mitológico.”
Yo
me consideraba normal; pero mi estancia en Alpha Centauri, había cambiado mi
vida, hasta el punto, de no reconocerme
a mi mismo; por este motivo solía callar y morderme la lengua muchas
veces, para no crear falsas apreciaciones en mis oyentes, que daban siempre a
mis palabras un valor superior al que creía que tuvieran.
Aquellos
hombres y mujeres, miembros de una raza especial de vigilantes, que habían
heredado de padres a hijos, desde un periodo de miles de años, yo, ya no les
importaba tanto, como aquel sorprendente hallazgo de un nuevo Planeta, que
podía ser conquistado, cultivado, enseñado y habitado, aumentando el patrimonio
humano de seres inteligentes como nosotros.”
Mientras
yo les narraba mis viejas aventuras de otro viaje, anuncié un descanso, bien merecido para todos;
los cien felices estudiantes, salieron en enseguida disparados, se esparcieron
en todas direcciones; estaban muy cansados, llevaban ya varios tiempos, recorriendo espacios, planetas
y satélites de los diferentes sistemas solares, por donde habíamos pasado.
Cuando,
de nuevo volvieron a nuestro lado, yo seguí, sin más, mi relato:
…….
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