Filos se enfrenta a nuesvos retos.
“En tal caso, doy un paso al frente para
acometer tal aventura; llevo tantas sobre mi vida y espaldas, que ya he
dominado todos los miedos habidos y por haber; cuenten conmigo.”
“Esta es razón sobrada para reponer las
fuerzas físicas necesarias para comenzar y finalizar tarea tan ardua.”
“Los alimentos de esta mesa, son
exquisitos y apetitosos; quiero que de una vez entiendan lo que les voy a
decir:
Yo no necesito engullir ninguna de estas
viandas para alimentar mi cuerpo, me basta con desearlo para adquirir esas
energías que necesita mi organismo biológico.”
Un “forzudo” caballero, haciendo de
portavoz, se me quedó mirando y dijo:
“No recuerdo el lugar, ni el lapso, o
tiempo, que ha transcurrido, pero reconozco tu cara, tu mirada y demás gestos personales.”
“Yo no te conozco de nada” – respondí -,
en un tono entre enfadado y molesto, por el desfase de tiempo que le iba a
impedir llegar a tiempo a su cápsula y hora de regreso a “Filos de Alpha”, y
añadí:
“No se el motivo ni los intereses, por los que me han conducido hasta aquí, a llamarme por mi nombre, sin dar
más explicaciones. …”
Ante tantas atenciones, halagos y
reverencias que todos aquellos seres, mujeres y hombres de distintas edades,
razas y tamaños, de tan raros y extravagantes vestimentas, que costaba trabajo
distinguir, si eran monjes, soldados o ambas cosas a la vez, no me atrevía a
expresarme, por miedo a no salir de allí nunca jamás.
…….
No hay comentarios:
Publicar un comentario