domingo, 1 de mayo de 2016

ESTRELLA ENANA. 19. LGE. 405


Filos se enfrenta a nuesvos retos.

“En tal caso, doy un paso al frente para acometer tal aventura; llevo tantas sobre mi vida y espaldas, que ya he dominado todos los miedos habidos y por haber; cuenten conmigo.”

“Esta es razón sobrada para reponer las fuerzas físicas necesarias para comenzar y finalizar tarea tan ardua.”

“Los alimentos de esta mesa, son exquisitos y apetitosos; quiero que de una vez entiendan lo que les voy a decir:

Yo no necesito engullir ninguna de estas viandas para alimentar mi cuerpo, me basta con desearlo para adquirir esas energías que necesita mi organismo biológico.” 

Un “forzudo” caballero, haciendo de portavoz, se me quedó mirando y dijo:

“No recuerdo el lugar, ni el lapso, o tiempo, que ha transcurrido, pero reconozco tu cara, tu mirada y demás  gestos personales.”

“Yo no te conozco de nada” – respondí -, en un tono entre enfadado y molesto, por el desfase de tiempo que le iba a impedir llegar a tiempo a su cápsula y hora de regreso a “Filos de Alpha”, y añadí:

“No se el motivo ni los intereses,   por los que me han conducido  hasta aquí, a llamarme por mi nombre, sin dar más explicaciones.  …”

Ante tantas atenciones, halagos y reverencias que todos aquellos seres, mujeres y hombres de distintas edades, razas y tamaños, de tan raros y extravagantes vestimentas, que costaba trabajo distinguir, si eran monjes, soldados o ambas cosas a la vez, no me atrevía a expresarme, por miedo a no salir de allí nunca jamás.
…….

No hay comentarios:

Publicar un comentario