El
juez y Secretario intervino:
“Todas
las palabras de Filos han quedado oídas, grabadas y escritas minuciosamente.
DOY
FE DE ELLO.”
Un
silencio extraño y prolongado, me permitió oír con la misma claridad que solía
al cruzar los
solitarios
desierto en el sur de mi Perú natal.
“Tienen
la palabra todos los presentes – dijo el Presidente -;
Nadie
manifestaba el deseo de intervenir; desde mi lugar de reo, pude ver como la Jefe de la expedición desde ÍO, uno
de los satélites de Júpiter, la Abadesa y Militar, Águeda, deseaba intervenir,
sin que pudiera hacerlo, ya que nuestros amigos y compañeros de viaje se lo impedían; eata señora había sido
ascendida a un puesto de alta relevancia, con funciones muy importantes en el
gobierno interplanetario.
Ese
disimulado incidente, fue advertido por uno de los jueces;
me
miró fijamente, se inclinó hacia el presidente, haciendo un comentario que
nadie percibió; yo que sabía capatar desde el principio de mi llegada a l
constelación Alpha Centauri, capté con plena claridad el mensaje secreto entre
ambos jueces.
Por
un lado, tenía la certeza del trato recibido de la Jefa, por las respuestas,
llamadas de atención correctiva, los reveses al no aceptar varias peticiones
que, a lo largo del viaje, le había pedido; por otro lado, llegué a pensar que
yo era el precio de su súbito ascenso en el escalón de su carrera.
Temí
lo peor, aquella egoísta me quería machacar; pero, por el mensaje percibido, el
juez me demostró que él sabía más que yo de lo que estaba sucediendo; por lo
que le hice llegar, mentalmente, que
procediera sin escrúpulos.
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