Es también novedosa la
ausencia de carburantes y toda otra clase de generación de energía, ya que la
nave se mueve por inducción directa de la red energética que emana de la
realidad espacial y las fuerzas innatas de cuantos cuerpos circulan por el entorno a velocidades supersónicas.
Es un fenómeno natural,
cuyo manejo aún no es conocido por la
técnica terrestre.
Toda clase de energía ya
existe; sólo es cuestión de saber utilizarla; además, es inagotable.
El último dato, por hoy,
es el tema de la velocidad de las naves, que se trasladan de unos planetas a
otros, utilizando los espacios neutros de gravedad relativa, existentes entre
todos y cada uno de ellos según sea su volumen y la composición elemental de
sus átomos, pues sólo se utiliza sólo la energía gravitacional universal; la
misma que mueve las estrellas, los planetas y satélites sincronizados.
La misma velocidad
constante de la luz, conocida por todos, de 300.000 kilómetros por segundo, no
alcanza ni el 10% de la velocidad universal de la energía emitida por el
conjunto cósmico.
Que nadie, considerado ignorante
o sabio, tema ni se asuste; estén atentos al conocimiento de la teoría
científica, incluso con ejemplos, que os la haré llegar oportunamente.
Entre tanto invito a
todos, a dedicar unos lapsos de su tiempo, para averiguar cuál es la velocidad
del pensamiento.
La realidad, una vez más,
supera la ficción de la inteligencia humana.
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