MIS NOTAS:
Después de tantos años leyendo por razón de necesidad (estudios de bachillerato
y universitarios), ocio(esas horas en que la rutina, la soledad o el simple
entretenimiento) o la curiosodad
(inquietud, sed o ansias de aprender cosas hasta ahora desconocidas), te
llevan a buscar una película, cuentos, historias, misterios naturales, humanos,
espirituales o éticos, tropiezas con un libro de psicología, filosofía,
teología o técnica y ciencia.
Esto me ha pasado a mi que durante la mayor parte de mi vida (desde los 4 a
los 75 años) los he vivido trabajando y estudiando:
-
de 4 a 15: pastor de rebaños.
-
de 15 a 27 : estudios de bachillerato y universidad
-
de 27 a 75: misionero y educador en todos los niveles
humanos. mor
-
de 75 a 80, ya jubilado, los dediqué a lo que siempre
quise y no pude hace, por falta de tiempo:
Descansar, pensar,
meditar, dar rienda suelta a mi curiosidad, por la ventana de una pantalla,
navegar por los océanos y espacios de Internet; con la ayuda de Google y de mis
hijos, he llegado hasta los confines del Universo y, sobre todo
he entrado en ese
terreno tan lindo y maravilloso de vuestros monitores y leido vuestros mensajes
de amor
sincero, alegría
desbordante y las ganas de vivir todos los entresijos de los vasos comunicantes
de la amistad, el reproche y los sabios interrogantes de las redes sociales y
telemáticas de las actualidades de la
electromagnéntica.
Tres años publiqué los Blogs:
“A QUIEN CORRESPODA” y
“LA GACETA ESPACIAL”, en que tuve la oportunidad de balbucear como un niño,
sin vergüenzas ni reparos, mis pensamientos, ideas, simples palabras, experiencias
y sentimientos, con la única intención de seguir compartiendo mi vida por estos
otros medios, formas y maneras de comunicación y diálogo.
Por prescripción médica, he guaradado silencio durante un año:
-
he seguido pensando, recordando y escribiendo en el
ordenador;
-
he orado en la intimidad de mi aposento;
-
he compartido vida espiritual, ética y social, con todos
mis más cercanos hermanos de fe.
Hoy os echo de menos
como nunca. Deseo oir vuestras quejas, vuestros comentarios y advertencias.
Necesito compartir,
como siempre, mi vida con vosotros, tal como sois; no me importa que tengáis
otros ideales, otras formas de ver la cosas, otra fe y otros proyectos.
La vida es compartir, y
creo que si no compartes no vives; porque te aislas y permaneces como un
sarmiento que, una vez cortado, se seca y no puede dar fruto.
Nos veremos una vez por
semana.
Os deseo toda clase de
bienes en la convulsión de nuestro tan revuelto y siempre querido mundo, del
que tu, ell@s y yo, formamos también parte, por lo que no debemos mirar para
otro lado, sabiendo que todos somos necesarios para la vida del conjunto. Hasta
la semana próxima.
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