jueves, 12 de julio de 2012

LA GACETA ESPACIAL, XI


 Día de Júpiter, 12/07/2.012
NOTICIAS:
1)  MUNDIAL:
Por primera vez después de 50 años, llega al puerto de la capital cubana, un barco con caragamento, procedente de Miami. El “Ana Cecilia” arribará a la Habana en torno a las 7`00, tras 19 horas de viaje
2)  PARTICULAR: Tres días en Alicante, 3:
Nos dieron las dos de la madrugada celebrando una invitación familiar con motivo del Bautismo de los hijos de Daniel y Silvia, Adrián, Gorca y Aitana.
Como toda reunión familiar de mi gente, asisten la mayor parte de sus componentes: la nonagenaria bisabuela, los abuelos  de los niños y demás primos y cercanos.
A media mañana, con mi hijo y su familia bajamos hasta la cercana Playa de San Juan de Alacant, nos dimos tres horas de mar y aguas yodadas de la zona coincidente del Mar Mediterráneo; aguas limpias y medianamente cálidas que hacen felices a millones de españoles y ciudadanos de todo el mundo.
Con 38ºC de temperatura realizamos nuestro feliz retorno a nuestro domicilio habitual y laboral de la ciudad de Madrid.
Han sido tres días de gloria compartidos con todos vosotros/as, a los que no he olvidado en momento alguno, bajo los impulsos de mi corazón. Gracias.
3)  NASA:
    Última hora sobre Ovnis: Se ha publicado, de  buena fe, que la  NASA tiene toda la información, la que fue una antigua calzada sobre la superficie    del planeta Marte.
4)  AQUÍ ALPHA: “Sí..., sí,... sí “ – dije yo todo ent atolondrado y confundido ante lo que oía.
“Bueno, con una sola palabra habría bastado y, .... ¡claro sobrado; ya con pensarlo, lo habríamos de sobra comprendido”, - dijo la oculta voz – y siguió: 
“Salga usted ahora hasta el sitial del centro de la sala y paraninfo, y tome asiento, por favor, señor Filos.”
Yo no había oído palabra alguna; sólo lo había captado dentro de mi cabeza; sinceramente, aquello me hizo temer y me impresionó, hasta el punto de intentar echar a correr hacia la salida; advertí que allí no había ni existían las puertas ni ventanas y sentí un miedo profundo, lo que en la Tierra se llama “claustrofobia”, y se me escapó un lastimero grito; “¡ mamaaá, ven en mi ayudaaaaaaa!.
Seguiré informando. Filos.s.s.s.s.s.s.s.s.s.s.


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